Nosotros tenemos la alegría de nuestras alegrías y también tenemos la alegría de nuestros dolores. Porque no nos interesa la vida indolora que la civilización del consumo vende en los supermercados. Y estamos orgullosos del precio de tanto dolor que por tanto amor pagamos. Nosotros tenemos la alegría de nuestros errores, tropezones que muestran la pasión de andar y el amor al camino. Tenemos la alegría de nuestras derrotas, porque la lucha por la justicia y la belleza vale la pena también cuando se pierde. Y sobre todo, tenemos la alegría de nuestras esperanzas en plena moda del desencanto, cuando el desencanto se ha convertido en articulo de consumo masivo y universal. Nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano. Eduardo Galeano.

lunes, 17 de enero de 2011

Miedo a lo desconocido

Era de noche y yo no lograba conciliar el sueño.
Nadie nos enseña a vivir, en ningún manual explica que hacer con el miedo, por qué siendo tan temerosa, siempre voy hacia el lado contrario de lo supuestamente seguro? El miedo a lo desconocido es un imán que me atrae. Pero lo poco que se de mis experiencias es que después de atravesar esa línea, lo que hay del otro lado siempre era diferente de lo que imaginaba, y casi siempre mejor.
Por eso sigo obstinada y ahora que este proyecto empieza a hacerse realidad, a menos de un mes de la partida, el miedo se transforma en insomnio y en llantos sin razón. Si, tengo miedo.
Hablo con Ser, como tantas otras noches. Y el trata de explicarme lo que nos pasa con un ejemplo que me pareció muy certero. Me contó la historia de una mujer embarazada primeriza, que tenia miedo a parir, no quería que ese día llegue, le aterraba ese momento, miedo al dolor, al sufrimiento, en fin, una vez mas: a lo desconocido. Pero ese día iba a llegar y era inevitable…ese bebé tenia que nacer y ella como madre también. Algo así esta pasando ahora, sabemos que el día de salir se acerca, nos morimos de miedo, pero tiene que pasar, dejarlo salir… y descubrir después que lo que hay mas adelante va a ser maravilloso.
Sin exagerar, sentimos este momento similar a un parto. Un renacer.

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