Nosotros tenemos la alegría de nuestras alegrías y también tenemos la alegría de nuestros dolores. Porque no nos interesa la vida indolora que la civilización del consumo vende en los supermercados. Y estamos orgullosos del precio de tanto dolor que por tanto amor pagamos. Nosotros tenemos la alegría de nuestros errores, tropezones que muestran la pasión de andar y el amor al camino. Tenemos la alegría de nuestras derrotas, porque la lucha por la justicia y la belleza vale la pena también cuando se pierde. Y sobre todo, tenemos la alegría de nuestras esperanzas en plena moda del desencanto, cuando el desencanto se ha convertido en articulo de consumo masivo y universal. Nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano. Eduardo Galeano.

martes, 24 de mayo de 2011

Los Restauradores

Llegamos al Bolsón con las energías algo gastadas y cara de pocos amigos. No pudimos ubicar a los contactos que teníamos anotados, y lo mas tentador para hacer, que eran caminos de montaña nos encontró ya un poco acobardados por la presencia cada vez más fuerte del frio y la falta de abrigo necesario.
Fue así que partimos en breve hacia Lago Puelo la otra “Aldea Hippie” hermana del Bolsón.
Fue acá, en uno de los lugares más mansos del mundo, donde las rejas y cerraduras son cosas de otro planeta, y las bicicletas duermen afuera sin candado. Donde puertas y ventanas dejan pasar el viento sin paranoia y se respira aire de paz. En ese mismísimo lugar, nos robaron.
El hecho ya quedo en el olvido, pero en ese momento fue razón suficiente para colmar nuestro vaso de malos humores.
Fue el primer día que realmente quisimos estar en casa y olvidarnos de todo.
Pero la magia del viaje hizo que justo cuando más lo necesitábamos conozcamos a dos personas que vendrían a restaurar nuestro ánimo y cambiar la mirada de las cosas.
Mirko y Suhe son restauradores de muebles, y aunque ellos no lo sepan, también de personas.
Ese día de angustia, de declaraciones, denuncias, policías y gendarmes termino siendo inesperadamente hermoso.
Pasamos la noche en su casa, mimados como chicos, y jugando a los dados hasta las dos de la mañana.
Mirko y Suhe nos enseñaron que aman el lugar donde viven, que están orgullosos de haber construido su casa con sus propias manos y que al mirar por la ventana cada mañana disfrutan de la montaña como si fuera el primer día.
Conocimos dos personas que sin importar la edad, llevan la juventud a flor de piel, y se ríen de la vida, por el simple hecho de que la vida esta hecha para ser disfrutada.

En casa de Mirko y Suhe


Escalera!

Mientras alguien abria nuestro auto, nosotros robabamos estas ricas manzanas. Creo que no hicimos buen negocio...



Ser, contemplando el Rio Azul





Si pueden observar, abajo al centro bien chiquiiiiiito esta el Rancho esperandonos...

Lluvia de otoño 1


Lluvia de otoño 2
  



Ser: -"No sabía que me gustaba taanto el color amarillo..."


ESQUEL, la familia prestada

A partir de nuestra llegada a Esquel y en adelante, el viaje fue marcado por el encuentro de gente que hizo especial nuestro paso por cada lugar.
Mas allá de los hermosos paisajes que siguieron iluminando nuestros ojos, las relaciones humanas fueron la clave y la esencia para que hoy sintamos que todo el esfuerzo y los kilómetros recorridos valieron la pena.
Recapitulando, la primer sorpresa al llegar a la ciudad de la “ La Calidez Patagónica” (como dice el slogan de la ciudad), fue el reencuentro con Tomas, alias “Petete”, un viejo compañero de mi primer trabajo que no había vuelto a ver por años. Tomas es lo más parecido a una enciclopedia viviente, y sus dotes de informador nos ayudaron a entender y conocer más el lugar donde hoy vive.
Pasamos unos días en su casa, con Pau, su mujer, y con sus dos hijitos, Juli de dos años y medio que con su corta edad ya hace valer su personalidad independiente y decidida, y Feli de tres meses, un budita en miniatura que nació casi junto con nuestro viaje.
Después de haber estado lejos de casa por mucho tiempo, esos días compartidos fueron para nosotros más importantes de lo que ellos imaginan. Les dejamos un gracias enorme a los cuatro, por habernos dejado ser parte de esas pequeñas cosas que nos hicieron muy bien y por abrirnos las puertas de su hogar.

Días después conocimos a Sebastián, un mecánico fuera de serie, que no fue uno más en la lista… La búsqueda de un repuesto para “Rancho” que nos demoro unos cuantos días, nos dio el tiempo necesario para conocerlo a él y a su novia, Sole.
Seba nos dio hospedaje en su taller, y pasamos varias noches entre tuercas y motores. Compartimos cenas, charlas sobre religión, viajes, chistes y confesiones. Y nos dimos el lujo de hacer una escapada juntos a la ciudad lindera de Futaleufu (Chile), en el fin de semana de pascuas.
Seba y Sole fueron dos personas sencillas y generosas que nos encanto conocer, amigos pasajeros que nos regalo el viaje.



La Trochita y Rancho: Dos potencias se saludan...

En La Vinoteca de Tomás


A falta de plasma HD, que mejor que la ventana de la casa de Tomás y Paula

Pau y Feli

La pequeña Juli

Cascadas Nant y Fall de Trevelin



































Parque Nacional Los Alerces
Esquel es una ciudad maravillosa, que lucha contra la megamineria a cielo abierto y por preservar la armonía con la naturaleza.
Pero paradójicamente esta armonía se violo hace rato, cuando en el Parque Nacional Los Alerces, se inundaron cientos de hectáreas para generar una central hidroelecrtica con fines industriales.
Este sector del parque hoy lleva el nombre de “ Amutui Quimei” que en Mapuche significa: belleza perdida.

Noche de lujo en el taller de Seba

Almuerzo en la parada de bondi


Llegando a Futaleufú

Cenas y charlas...



Recuperando capítulos perdidos.

Es difícil reescribir historias que ya habíamos escrito, y aun más habiendo pasado ya bastante tiempo. Intentamos recordar los textos perdidos, copiarlos, buscando en la memoria las frases exactas que habíamos usado. Eso no funciono, y tras intentos fallidos, tuvieron que pasar varios días más, hasta que la inspiración toco nuevamente a nuestra puerta.
Es por eso que hoy varios días después, retomamos la escritura de nuestro diario. Ya recuperados de los bajones y los malos ánimos, he aquí los capítulos perdidos de la última parte de nuestra primer etapa del viaje: la vuelta patagónica.

domingo, 1 de mayo de 2011

Un tropezón mas...

Bueno, esta es una entrada que nos gustaría no haber escrito nunca. Yendo rápidamente al grano: ayer por la tarde nos robaron. Además de llevarse nuestra compu y en ella nuestras fotos y textos de valor incalculable para nosotros, se fue la herramienta con la que fabricabamos con tanto amor nuestro blog. Sabemos que no es algo grave, que a muchos les ha pasado y que con el tiempo lo olvidaremos por completo, pero hoy el bajón es mas fuerte...
Las historias pendientes (que algunas ya estaban escritas y recién horneadas para subir a nuestro diario) quedaran en el tintero por un rato, hasta que podamos retomarlas...
Estamos por Bariloche y seguimos para arriba. Les dejamos un hasta luego! y prontito volveremos a estar en carrera. Ser y Ani

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