Nosotros tenemos la alegría de nuestras alegrías y también tenemos la alegría de nuestros dolores. Porque no nos interesa la vida indolora que la civilización del consumo vende en los supermercados. Y estamos orgullosos del precio de tanto dolor que por tanto amor pagamos. Nosotros tenemos la alegría de nuestros errores, tropezones que muestran la pasión de andar y el amor al camino. Tenemos la alegría de nuestras derrotas, porque la lucha por la justicia y la belleza vale la pena también cuando se pierde. Y sobre todo, tenemos la alegría de nuestras esperanzas en plena moda del desencanto, cuando el desencanto se ha convertido en articulo de consumo masivo y universal. Nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano. Eduardo Galeano.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Declaración de amor al norte

Hacemos pública esta declaración de amor al norte. Nos enamoramos, profunda y perdidamente. Él nos fue seduciendo de a poco, primero en silencio, casi sin darnos cuenta, para luego hacerse ver con todas sus virtudes, como un pájaro macho que abre su plumaje cautivador en su cortejo de amor inflando su pecho.
Así, con los colores de la tierra, su sol tajante que quiebra el suelo y la piel, las montañas impetuosas. El silencio, susurro del viento al pasar por los cardones. Su cultura milenaria, ajetreada pero resistente. El sonido de la zampoña, la quena y el charango, las coplas… Los pasitos cortitos y rápidos bajando por las quebradas, las espaldas cargadas. Las sonrisas, tan amplias como tímidas. El tiempo sin tiempo, la siesta. La coca, las humitas y tamales. Las fiestas, la creencia, la devoción por la tierra. La amabilidad en toneladas, los buen día, buen provecho, buenas tardes y adiós. Las lanas, el barro, las manos con historia. Las puertas abiertas, los perros amigos, los viajantes de paso, los locales que en cada rincón nos tendieron una mano. Así nos enamoró.

La Quebrada de las Conchas, Cafayate, Salta. Un recorrido de la lista de los "imperdibles"





















































































Sin embargo, como en cualquier historia de amor, también tuvimos nuestros desencantos, quien crea que la vida de viaje es color rosada, está cometiendo un gran error. Tuvimos algunos encuentros, o mejor dicho desencuentros desafortunados, con gente que cree que por venir de una ciudad grande como es Buenos Aires ya estamos marcados como el sello de una vaca, con un rotulo que dice “chanta, agrandado y con mucha plata en el bolsillo”… Nuestra filosofía es el respeto, mas cuando sabemos que estamos pisando suelo con cultura y costumbres diferentes a las nuestras, pero no siempre hemos recibido el mismo trato a cambio. Así como hemos escuchado en Buenos Aires infinitas veces y con muchísima vergüenza ajena hablar mal de tucumanos, salteños, bolivianos, paraguayos…etc. Algunas veces (no siempre) en el interior, ser porteño es razón suficiente para no ser bien recibido.
El enemigo es siempre el que está del otro lado de la raya…el que viene “de afuera”, como si los kilómetros de distancia nos hicieran mejores o peores personas. La verdad de la milanesa es que gente de mierda hay en todas las latitudes, y gracias al cielo, Jehová, Krishna, Jesús, Alá y la Pachamama, también hay gente hermosísima que hace que cada paso valga la pena. A todos ellos, a los que como dijimos antes “nos enamoraron” les dedicamos un pedacito de nuestros brazos que cada día se hacen más largos para seguir abrazándolos.
















































Cuenta la leyenda, que la hermosa hija de un cacique se enamoró de un muchacho de una ciudad vecina que no pertenecía a la tribu. Su padre nunca supo aceptar esta relación, y al cabo de un tiempo los dos jóvenes decidieron uir para salvar su amor. El cacique furioso mando inmediatamente a su ejercito a perseguirlos y capturarlos. 
Los jóvenes enamorados al verse acorralados sin mas lugar donde poder huir, hicieron un ultimo intento implorando ayuda y protección a la Pachamama. Ésta acudiendo a su pedido los transformó, a él en cardón y a ella en la bella flor que sobre él se posa. Desde aquel día viven unidos inseparablemente...

Feliz encuentro con la "Yellow Submarine" Youenn, su capitán  viene bajando de Venezuela a Argentina repartiendo cuentos y sonrisas a los niños de América, esa es su misión.

Con Adrian y Vero, dos primos viajeros con los que compartimos un lindo día en Amaicha del Valle, y Patricia de la comunidad Amaicha que nos recibió con toda su calidez en la cascada El Remate.






































































Un poco de las ruinas de los Indios Quilmes























Camino a Cachi se encuentra el pueblo San Carlos, de esos que no figuran grandes en el mapa y todavía mantienen el espíritu alejado de las garras del turismo, vale la pena pasar por ahí....


























Cachi en Blanco y Negro






























Cortemos un poquito con las fotos poéticas...En Cachi decían las malas lenguas que yo cumplia 32 años. No les quise creer, pero como insistían festejamos de esta manera...

Con Matias, un viajero amigo que fuimos cruzando desde Tafí. Fue único invitado a la cena de cumpleaños. Gracias por venir y llegar primero! :)

Con Jorge, nuestro mecánico en Salta. Gracias por los consejos, ayuda y buena onda!

En San Salvador de Jujuy fuimos recibidos por la familia de Diego, Gaby y sus dos pequeñas y preciosas hijitas, Juli y Cata. Nos contactaron por medio del Club Ford Ranger aunque nada tenemos que ver con esas modernas naves... Fue hermoso compartir con ellos días en familia de verdad, nos hicieron sentir como en casa.
Juli y Cata nos robaron no solo el corazón sino también la risa y la ternura...son dos criaturas increiblemente adorables. Claro que no es lo mismo un niño ajeno que propio, pero como lo segundo no podemos experimentarlo todavía, nos quedamos disfrutando de este papel de "tios" que por el momento nos sienta muy bien...




Juli con su Papú (pañuelo) amigo inseparable de juego y compañía nocturna.

Noche de Karaoke a full!

La Yugular, banda Reagge-norteña con toda la onda

Recorriendo Purmamarca con un perro amigo...




















































Si me ganara la lotería lo primero que haría es comprarme TODAS las tulmas del norte.


























Con los chicos de "Wairas de Sur" http://wayrasdesur.blogspot.com/ Lucas, Esteban, Hernán y Enzo.



















































Además de encuadernador, mecánico y el mejor compañero que me dio la vida...que más puedo pedir?

Los cementerios, figura recurrente en las rutas norteñas...tienen ese aire misterioso y algo morbo que nos invita a pasar, ser parte de su espectáculo de profundo silencio y recordar la felicidad de estar de pie...
Las mágicas callecitas de Iruya

En Iruya hay una extraña especie animal: los Perro-Burro...Son perros encerrados en el cuerpo de un burro, por lo tanto actúan como caninos bajo la fisonomía equina...




Otro Perro-Burro

Dejamos Tafí del Valle, llenos de inquietudes, impotencia, dudas…todavía hoy las tenemos. Los que hayan leído nuestro post anterior comprenderán la razón. El video, por el momento lo dejaremos reservado… Sabemos que apoyamos las narices en un tema delicado y no es nuestra intención perjudicar a nadie, sino todo lo contrario.
Llegó entonces el momento de seguir viaje, la ruta nos volvía a tender su larga y tentadora mano.
En orden cronológico hicimos postas en Amaicha del Valle, Cafayate, Cachi, Salta, San Salvador de Jujuy, Purmamarca, Tilcara, Humahuaca, Iruya, La Quiaca y Yavi.
De cada lugar nos llevamos gente linda con la que compartimos ratos, o días para recordar… A los que no queremos recordar también nos dejaron aprendizajes, que guardaremos en el archivo de anécdotas ingratas…
Ya estamos por tierras bolivianas, tan pronto como podamos subiremos mas noticias fresquitas!
Feliz noche buena para el mundo entero!

domingo, 9 de diciembre de 2012

Tierra de nadie

Desde que el mundo es el hogar de nuestra especie, la lucha por el poder a estado adosada a nuestra naturaleza.
Se dice que somos un ser social, que vivimos en comunidad. Donde la palabra COMUNIDAD denotaría comunión y armonía, compartir cosas en común. Pero a años luz de nuestro origen y del significado de la hermandad, el hombre como ser social se ha pisoteado a si mismo.
Si se trata de compartir creo que hemos involucionado y nos falta aprender demasiado de lo que significa convivir, tolerar y aceptar la diversidad.
Mientras el hombre se siga sacando los ojos por delimitar espacios, por marcar líneas y fronteras, mientras la propiedad privada valga mas que los derechos humanos y mientras que lo “mio” valga mas que lo “nuestro” no habrá evolución posible para el hombre. 


LA HISTORIA DE JUAN

(Con el fin de preservar la identidad de Juan, hemos modificado su nombre como así también decidimos dejar de publicar las fotos de él y su familia. Era su voluntad hacer pública su historia, estamos cumpliendo con su deseo, pero tomando los recaudos necesarios para no afectar su seguridad.)


Viajando una tarde en colectivo con idea de visitar una cascada de Tafí del Valle, conocimos a Juan. 
Él vive en el cerro, camino a la cascada y fue en la caminata hacia su casa que conocimos su historia. A decir verdad, nunca llegamos a la cascada, el sendero vagamente marcado nos desorientó y nos perdimos en la montaña. Volvimos cansados y sin cascada pero sabiendo que al otro día Juan nos esperaba nuevamente en su casa para seguir charlando y conociéndonos… 
Él ocupa ese espacio desde que nació, hace casi 7 décadas, igual que lo hicieron sus padres, abuelos, bisabuelos y demás antecesores. Su sangre y sus rasgos son el legado de sus raíces Diaguitas. Hace unos 40 años atrás y hace un mes nuevamente su casa fue víctima de ataques de violencia.
No podemos precisar quién lo hizo, pero gran parte de la pirca1 que rodea su terreno fue derrumbada. Esto significa que sin ella, Juan , su mujer y sus 11 hijos no pueden cultivar la tierra y vivir de ella. Sin la pirca los animales entran y destrozan los cultivos. En un acto vandálico y cobarde, por la noche y a escondidas destruyeron la línea que demarca su terreno. 
Al principio nos costó entender por qué había pasado esto. ¿Quien había sido? ¿Por que razón? ¿Con que fin? 
Para entender un poco el panorama y como breve reseña histórica de lo que hemos oído y visto en nuestro paso por estas tierras, podemos contar que Los valles Calchaquíes llevan su nombre en memoria de Juan Calchaquí, un cacique que heroicamente quiso unir a los pueblos Diaguitas del norte para que juntos pudieran defender sus tierras. Decimos sus tierras porque fueron los pueblos que originariamente se asentaron allí...sin títulos de propiedad, ni tramites inmobiliarios.
En la época de la colonización europea de América , la llamada Compañía de Jesús, (misioneros jesuitas) llegó con la cruz en alto para evangelizar y exterminar su cultura. Tanto inmigrantes africanos como los mismos habitantes nativos fueron utilizados como mano de obra esclava para servir a los nuevos auto proclamados dueños de la tierra que hoy pisamos. Visitamos y vimos con nuestros propios ojos, algunas de las estancias y casonas Jesuitas que hoy conforman un recorrido histórico que comienza en Córdoba. En sus recintos se mezclan restos arqueológicos de las comunidades originarias con cuadros y muebles del más refinado estilo europeo, imágenes ancestrales en vasijas y cuencos con figuras de santos predicadores.
Cuando los jesuitas tomaron demasiado poder y comenzaron a convertirse en una amenaza, fueron expulsados por los mismos reyes y virreyes de España, y nuevos herederos coparon las fincas, quintas y mansiones que coronaban los Valles. Familias de alta alcurnia, fueron los nuevos amos y señores de las tierras que hasta hacia poco tiempo atrás estaban poblados de hombres que respetaban armónicamente la naturaleza, porque no se sentían superiores si no una parte más de ella. 
Adoraban y honraban a la madre tierra, La Pachamama, porque ella era la que alimentaba sus familias y protegía sus vidas. El agua, el fuego, el aire y la tierra eran representados por la rana, la serpiente, el cóndor y el ñandú, y no sabían de cristos ni vírgenes, de castidad ni pecados. 
Hoy casi medio milenio después, el panorama no ha cambiado mucho. Solo el pueblo de Amaicha del Valle2 esta organizado como una Comunidad Indígena independiente que no ha podido ser disuelta por los años de ataques indiscriminados. 

El resto de los pueblos que recorrimos como Tafí del Valle, están inmersos en un conflicto muy complejo. La puja de poder por las tierras es una disputa eterna entre las comunidades aborígenes que están volviendo a organizarse; los descendientes de las adineradas familias feudales que se llaman dueñas del mayor porcentaje de tierras y hacen turismo de clase en sus estancias 5 estrellas; las familias que viven allí hace décadas como la de Juan, que no pertenecen a ningún bando y los habitantes que llegan de otros puntos del país en búsqueda de nuevas posibilidades.
Todos sobrevuelan este espeso aire, como aves de rapiña cuidando su presa.
Obviamente el derecho a una vivienda digna es algo que toda persona merece, pero no creemos que sea un derecho ser dueño de una montaña, un lago o miles de hectáreas de tierra fértil.
Al día siguiente de visitar la cascada (o de no visitarla podríamos decir) fuimos a la Secretaria de Turismo para preguntar porque el sendero era tan precario. Ahí nos enteramos de que ellos no pueden intervenir ese camino ya que toda esa tierra, incluyendo el terreno de Juan es propiedad de una de las familias más pudientes de Tafí.
No hace falta contar mucho mas…quien lea estas líneas sacara sus propias conclusiones. 

1 Pirca: Tapia de piedras calzadas, de poca altura, usada en el imperio incaico. Aun hoy se usan en el campo, para separar los lotes de terrenos de diferentes propietarios e impedir el paso del ganado al lote vecino. 


2 Amaicha del Valle es una Comunidad Indígena del Pueblo Calchaquí que fundamenta su condición de tal invocando un documento histórico muy antiguo: la "Cédula Real de 1716". Como Comunidad Indígena, tiene sus instituciones ancestrales, tales como el Cacicazgo y el Consejo de Ancianos.



Una de las casas-museo Jesuita en Tafí del Valle
























Esta es la vista desde su casa
























Hoy Juan busca encontrar un responsable que se haga cargo de los destrozos de su casa. Su deseo es volver a construir su pirca y que la historia no se vuelva a repetir. A recorrido canales y radios, a hablado con abogados, políticos e instituciones que trabajan por el derecho indígena (como el INAI3) pero no obtuvo respuestas…

3-INAI: Instituto Nacional de Asuntos Indígenas

ALGO ASÍ COMO UN CORTO…

Dentro de lo complejo, de la ignorancia que nos atañe, y sabiendo que no somos periodistas ni documentalistas, sentimos la necesidad y la responsabilidad de hacer oír la voz de Juan, una historia entre miles. Quizás una historia chiquita dentro de la turbulenta complejidad….pero una historia al fin, de una familia que vive y sufre en carne propia la deficiencia humana de no poder convivir en armonía.
Sabemos también que hemos escuchado solo una campana y a pesar de que nuestra preocupación nos llevo a empaparnos del tema lo mas que pudimos, estando de paso no podemos juzgar ni culpar a nadie… Hicimos este registro porque lo sentimos, porque lo creemos necesario y quien lo vea sabrá comprender que los puntos flojos existen y son muchos. No tenemos las herramientas ni los conociemientos suficientes, pero igual nos dimos la oportunidad de experimentar. Por eso, si bien a este este video le queda gigante la palabra "corto"  nos animamos a publicarlo y a  compartir parte de la búsqueda de este viaje, que es comprender porque somos como somos…o al menos pensar que hay mucho más detrás de la historia oficial…

ACLARACIÓN: El video que armamos no pudimos subirlo. Lo intentamos varias veces, pero las coneccciones a internet a las que estamos accediendo  últimamente no están siendo lo suficientemente veloces. En cuanto podamos, vamos a completar esta entrada con el video de Juan.


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